2011/10/25

Falkland island


Lo reconozco; soy muy irascible. ¿A qué cojones viene esto?. Viene a cuento porque estoy harto de tener que razonar, si cabe razonar algo en esta puta escena, el por qué de todo. Aquí nada ha cambiado. Siguen los mismos prejuicios, continúan las mismas chorradas de siempre. Así son las cosas. Y es en este contexto donde hay que situar la vigente puta realidad. No entiendo por qué te preguntan: Oye fulano, ¿vas a ir a tal sitio?. Tampoco entiendo que, una vez que contestas, te repliquen: “Me lo suponía”. Entonces para qué cojones preguntas. Acaso yo te lo he preguntado. No; ¿entonces?... Me voy a las Falkland.

2011/10/12

EL DUQUE DE WINDSOR, INSOSPECHADO ICONO FASHION

Su mujer, Wallis Simpson, era conocida por su estilazo y por ser musa de diseñadores. El, por ser el hombre que todos querían imitar.Ella es conocida por su estilazo y por haberse convertido en musa de diseñadores de todas las décadas, que admiran su porte y esa manera de lucir 'puccis' para estar por casa y 'givenchys' para tomar el aperitivo. Es Wallis Simpson, la alegre 'divorcée' americana que le robó el corazón al que estaba predestinado a reinar Inglaterra, Eduardo VIII. El abdicó por ella y su familia(la real) no se lo perdonó. Pareja mítica de 'bon vivants' donde las haya, ambos se dedicaron a vivir la vida a tope (fiestas en sus mansiones, viajes a todo tren, noches en el Kit Kat) entre París, Nueva York y la Costa Azul a partir de 1937, fecha en la que Eduardo fue definitivamente 'desterrado' de la vida pública de Inglaterra por sus indisimuladas simpatías hacia el Führer. La fascinación que ha ejercido Wallis Simpson en el universo fashion siempre ha estado ahí. Madonna acaba de dirigir W. E.(en inglés, nosotros, y también las iniciales con las que ambos sellaban los membretes de sus cartas), una película que indaga en las entrañas del romance que fue la comidilla de la época de entreguerras en Europa. El estilo de Simpson, de una elegancia sobria y controlada, ha sido fruto de exposiciones y libros que han diseccionado su armario y sus impresionantes joyas. Pero...¿él? El Duque de Windsor, ¿icono de la moda? También.


El Círculo Ecuestre y la tienda de lujo Santa Eulalia han unido esfuerzos para traer hasta Barcelona una docena de trajes que pertenecieron al duque y muestran, en efecto, que Eduardo fue algo así como un renovador del encorsetado modo de vestir victoriano. Según el experto en arte Pablo Melendo (que el lunes dio una charla sobre el look del duque en el Círculo Ecuestre),Eduardo contribuyó enormemente a flexibilizar el atuendo british y, haciendo gala de una personalidad única, dinamitó ciertos códigos que la moral del siglo XIX se esforzaba por mantener. Los trajes pertenecen a la firma de sastrería italiana Kiton y podrán verse en la boutique de paseo de Gràcia hasta el próximo 17 de noviembre. Embajadores de la excentricidad. Tras la I Guerra Mundial, el mundo no volvió a ser el mismo. Wallis y Eduardo vivieron intensamente los locos años 20 y podría decirse que fueron los mejores embajadores de esa excentricidad tan fresca y atrevida, la británica.


Según Melendo, el Duque de Windsor puso de moda el esmoquin en los actos oficiales cuando hasta entonces sólo se utilizaban en cenas o actos íntimos. Fue el primero en encargar que le hicieran uno en un tono azul de medianoche (enlugar del obligatorio negro). Fue de los primeros en llevar trajes de 'tweed' y el tradicional 'kilt' escocés en la ciudad,sacándolos del reducto campestre en el que hasta entonces estaban confinados. Sus jerseys Fair Isle crearon escuela. Y unvistazo a los trajes expuestos en Santa Eulalia corrobora suespecial inclinación a combinar osadamente estampados y colores. Que si rayas con tartán, que si rosa con azul celeste...


Eduardo fue una pequeña revolución estilística andante."Fue una ruptura. En aquella época, encargar un esmoquin en tartán era impensable. El lo hacía en Scholte, en Savile Row. Las camisas se las hacía en Hawes & Curtis, también en Londres. Y los pantalones en Nueva York, en H.Harris, un sitio que conoció durante su estancia en las Bahamas", explica Melendo, para quien Wallis y Eduardo fueron unas de las primeras parejas que hoy podrían considerarse como 'it'. Los paparazzis les seguían a todas partes mientras en Inglaterra les hacían el vacío. La llegada del Duque por primera vez a Nueva York en 1924, sin ir más lejos, provocó una ola de anglomanía en todo el país. Según la prensa de la época, él era "el hombre que todos los hombres querían ser y conel que todas las mujeres querían casarse". Un 'charming prince' sin trono pero con mucho estilo.


FUENTE: Leticia Blanco (El Mundo, 12 octubre 2011)