2011/02/21

fracciones


No hay primavera sin un largo invierno. Yo os maldigo egos exarcebados. Os maldigo porque ponéis en riesgo la escena y no sois capaces de entender, de daros cuenta, de asumir que la escena está por encima de vuestra lucha de egos. Nosotros no queremos ni necesitamos que nos reconozcan mérito alguno, ya que, por ser como somos, desapegados de la falsa adulación y exiliados de los lugares comunes, ya hemos conseguido ser. Nuestra indiferencia es nuestra victoria. Nuestra desafección es vuestro sufrimiento. Nos necesitan como el agua de mayo para verse reconocidos, y ese es nuestro triunfo, porque a ellos no les necesitamos para nada.

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